(Español e Inglés) - Letter to the New Yorker

Submitted bytortilla onVie, 31/08/2018 - 14:26

Nan McCurdy *, August 31st 2018

Jon Lee Anderson’s article on “Fake News” and Unrest in Nicaragua was itself a regrettable example of fake news, or at best a very partial and biased coverage of a crisis which he describes as “Ortega supporters with military weapons” against “rebels armed with homemade mortars and slingshots.” Let’s take as an example the city of Masaya, which Anderson visited. Here are some of the facts he failed to mention.

While (as he says) the protestors began with only homemade weapons, very quickly they or the people drafted in to maintain the barricades and destroy the city were armed with AK47s, rifles, landmines, contact bombs, Molotov cocktails and more, which were often on open display in the occupied streets. Each night a fully armed group assembled and attacked the police station using both homemade and regular firearms – preventing the police from leaving their station for 45 days.

Anderson fails to mention any of the horrendous acts carried out by protesters when they declared Masaya a “territorio libre” and it was in rebel hands for several weeks. For example, public buildings were burned – the town hall, pregnant mothers’ center, public prosecutor’s office, municipal depot (and its vehicles), tourist market and main secondary school were all destroyed. Many homes were set on fire, including those of Sandinista officials and in one case a doctor. Multiple businesses were ransacked and TVs, motorcycles, food, etc. were stolen. The hundreds of barricades meant businesses and schools closed down, and people were unable to work or even to shop normally for food or get to the hospital.

Anderson makes no mention of the killing of police in Masaya, or indeed anywhere else (22 died in total and hundreds were injured). Rebel attacks in Masaya alone claimed the lives of officers José Abrahan Martínez (shot on June 3), Gabriel de Jesús Ruiz Vado (gruesomely tortured then murdered on July 15) and Kelvin Javier Rivera Laínez (shot when the Monimbó neighborhood was finally freed on July 17).

The rest of the article was also full of omissions and distortions, but his failure to paint a complete picture of events in Masaya perhaps gives your readers an indication of how unbalanced in his reporting Anderson was. With one exception (when he interviewed a local person in Monimbó called Jairo), his article relies almost entirely on opposition voices. Yet had he been in Masaya in the past few weeks, he would have seen how most of the population have returned to their daily lives and are only too relieved that the city is again under government control.

* Missionary, Global Ministries, United Methodist Church, Puebla, Mexico
Lived 31 years in Nicaragua; return four times a years; three kids live there, seven  in-laws, sixty-seven  nieces and nephews, some in Masaya.

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Nan McCurdy *,  31de agosto 2018

El artículo de Jon Lee Anderson  "Fake News y Disturbios en Nicaragua” fue en sí mismo un lamentable ejemplo de noticias falsas o, en el mejor de los casos, una cobertura parcial y sesgada de una crisis que describe a "partidarios de Ortega con armas militares" contra "rebeldes armados con morteros caseros y tirachinas”. Tomemos como ejemplo la ciudad de Masaya, que visitó Anderson. Estos son algunos de los hechos que no mencionó.

Mientras (como él dice) los manifestantes comenzaron con solo armas caseras, muy rápidamente ellos o las personas reclutadas para mantener las barricadas y destruir la ciudad fueron armadas con AK47, rifles, minas terrestres, bombas de contacto, cócteles Molotov y más, que a menudo en exhibición abierta en las calles ocupadas. Cada noche, grupos completamente armados se reunían y atacaban la estación de policía usando armas de fuego tanto caseras como regulares, lo que impedía que la policía saliera de su estación durante 45 días.  

Anderson no menciona ninguno de los actos horrendos llevados a cabo por los manifestantes cuando declararon a Masaya un "territorio libre "y estuvo en manos de los rebeldes durante varias semanas. Por ejemplo, edificios públicos fueron quemados: el ayuntamiento, el centro de madres embarazadas, la fiscalía, el depósito municipal (y sus vehículos), el mercado turístico y la escuela secundaria principal fueron destruidos. Muchas casas fueron incendiadas, incluidas las de los funcionarios sandinistas y, en un caso, un médico. Robaron en varios negocios y se robaron televisores, motocicletas, comida, etc. Los cientos de barricadas significaban que las empresas y las escuelas estaban cerraban y, las personas no podían trabajar o incluso comprar normalmente alimentos o ir al hospital.  

Anderson no menciona el asesinato policías en Masaya, ni en ningún otro lugar (22 murieron en total y cientos resultaron heridos). Los ataques rebeldes, solo en Masaya cobraron la vida de los oficiales José Abraham Martínez (fusilado el 3 de junio), Gabriel de Jesús Ruiz Vado (horriblemente torturado y luego asesinado y su cuerpo quemado el 15 de julio) y Kelvin Javier Rivera Laínez (fusilado cuando en Monimbó cuando este barrio fue finalmente fue liberado el 17 de julio).  

El resto del artículo también está lleno de omisiones y distorsiones, pero tal vez su fracaso para describir los eventos en Masaya les da a sus lectores una idea de lo desequilibrado de los relatos de Anderson en su reportaje. Con una excepción (cuando entrevistó a una persona local en Monimbó, llamada Jairo), su artículo se basa casi por completo en las voces de la oposición. Sin embargo, si hubiera estado en Masaya en las últimas semanas, habría visto cómo la mayoría de la población ha regresado a su vida cotidiana y está muy aliviado de que la ciudad esté nuevamente bajo el control del gobierno.  

* Misionera, Ministerios Globales, Iglesia Metodista Unida, Puebla, México
Vivió 31 años en Nicaragua; regresa cuatro veces por año; tres de sus hijos viven allí, siete de su familia política, sesenta y siete  sobrinas y sobrinos, también viven en el país, algunos en Masaya.