Monica Baltodano y la "Comisión Internacional" - insultando la solidaridad internacional con Nicaragua

Enviado por tortilla el Mié, 06/07/2022 - 10:34

Wilfredo Gutiérrez*, 6 de julio 2022

Nicaragua no se abruma por la ideología que domina la palabra “dictador” en el mundo occidental.

Mónica Baltodano, ex-ministra del gobierno revolucionario Sandinista, insulta mi sentido de solidaridad internacional con sus historias de odio sobre lo que pasa en Nicaragua y la izquierda Sandinista. Lo que resulta de este comportamiento es que no se puede apoyar causas políticas cuyos agentes se presentan como los/las paladines de la “verdadera izquierda” pero que proyectan una imagen de renegados confundidos con lo que defienden.  

Mónica Baltodano, ni ninguna otra persona, es el problema de lo que aquí se discute; el problema es socialmente mental, como veremos más adelante. Ella, como cualquier otro individuo igual que yo, sólo es portadora de ideas; y si algo se aprecia o se desprecia en estas líneas sólo son las ideas, no las personas. Pero claro, la ex-ministra Sandinista es portadora de “una letanía de mentiras y difamaciones” como las que difundió también el ex-funcionario Sandinista y escritor nicaragúense Sergio Ramírez en el medio izquierdista británico The Guardian; lo cual llevó al escritor a ocupar un lugar de “traición” en la historia de Nicaragua.  

Cele Fierro, de la “Comisión Internacional,” ha entrevistado a Baltodano sobre lo que pasa en Nicaragua y el gobierno del Presidente Daniel Ortega y la Vice-Presidenta Rosario Murillo. En esta entrevista surge de todo; desde sexo, odio, mentiras, manipulaciones, hasta relatos de toda truculencia. Tanto es así que Fierro se emociona y afirma, “ahora tenemos una oportunidad importantísima para poder desenmascarar a este falso izquierdismo con la Comisión Internacional”. Con los cañones así preparados, aparentemente con el fuego del “verdadero izquierdizmo”, dicha “Comisión Internacional” está lista para llevar el teatro político a Costa Rica este 6 de julio y tratar de entrar a Nicaragua para abogar por los encarcelados de la mal llamada “oposición política” que protagonizó el golpe de estado.  

La ex-ministra Sandinista ataca el gobierno de Ortega con una furia visceral: Que el gobierno de Daniel es una dictadura más cruel y brutal que la dictadura de Somoza; que líderes religiosos “están siendo sometidos a procesos persecutorios”; que Daniel es miembro de “una nueva burguesía emergente”; que se “adueñó del Partido Frente Sandinista”; que hizo pactos con el diablo de Arnoldo Alemán; que Daniel ya no es un líder de izquierda; que no hay espacio para protestar; que Daniel tiene un discurso anti-imperialista pero que está aplicando políticas neoliberales; que tiene “el poder absoluto” y que puede enjuiciar a cualquiera; que el gobierno y la gente que lo apoya quieren “re-escribir la historia” con él como el héroe de la lucha; y también insinúa que la dictadura de Somoza era mejor porque Somoza permitió entrar a la OEA y a la CIDH y que lo que necesita Nicaragua es “una nueva sociedad”. (Ver: https://www.aporrea.org/internacionales/n374666.html)

Pues, ante tan barbárico espectáculo, ¿Quién no se va a emocionar y apuntar todos los cañones contra Daniel? A menos que uno tenga un mínimo de sentido común sobre las contradicciones políticas del ejercicio del “poder” en las sociedades del mundo, ese escenario deberá ser absorbido y digerido 100 porciento “con los ojos cerrados.” No obstante, cuando uno echa una mirada a los medios alternativos internacionales, y decentemente quiere ir más allá de los medios hegemónicos donde cada artículo que se escribe es para atacar y satanizar a Nicaragua, uno se encuentra con una distinta realidad.  

Si vosotros queréis saber sobre la envergadura de la vileza manufacturada contra Nicaragua, y conocer sobre lo que realmente ha pasado en la nación en los últimos 15 años, tenéis que voltear vuestros ojos en otra dirección. De lo contrario, vuestra confusión se convertirá en una patología. No pretendo hacer sectarismo ni convencer a nadie. A lo sumo, por lo que este texto podría aspirar es al respeto de uno mismo.

Los estudios e investigaciones de las siguientes personas hacen trizas los mitos contra Nicaragua: Becca Mohally Renk, norteamericana que vive desde hace 20 años en Nicaragua; Nan McCurdy, misionera metodista de la Junta General de Ministerios Globales; Susan Lagos, educadora; John Perry, escritor británico y miembro del equipo editorial de El Consejo de Asuntos Hemisféricos de Washington; Jorge Capelán, escritor uruguayo; Stephen Sefton, escritor; Orlando Núñez, sociólogo; Ben Norton, periodista; y la lista sigue, y sigue. Aquí, yo solamente os doy una pincelada de lo que puedo percibir desde estas mentes y sus trabajos.

Por ejemplo, ¿Por qué algunos líderes religiosos han sido “sometidos a procesos persecutorios”? Lo que pasa, según estas fuentes, es que “algunos políticos llevan sotana”. Gente común de la calle os dirá cosas como las que dice esta mujer nicaragüense: “A ciertos sacerdotes no los queremos porque ellos se han prestado al juego terrorista.” O como lo que dice esta otra mujer también, “A mí nadie me ha contado cuentos, yo vi cuando un sacerdote airado señalaba con el dedo a un hombre Sandinista para que lo quemaran vivo en la calle.”  

¿Por qué el gobierno Sandinista ha encarcelado a algunos miembros de la llamada “oposición política”?  Según estas fuentes, la respuesta es “porque muchos han recibido dinero de Estados Unidos para destruir la democracia en Nicaragua y han ido a Washington a pedir más sanciones contra Nicaragua”. Muchos de los “opositores” estaban operando desde una red criminal, “Estructura Delincuencial Vipper”, e intentaron un golpe de estado para derrocar al gobierno Sandinista y arrastrar a Nicaragua al tráfico de drogas y el crimen organizado con apoyo financiero de EEUU y la UE. Las protestas eran supuestamente “pacíficas” pero algunos “opositores” estaban armados con armas automáticas de varios tipos; asesinaron algunas personas, y cometieron actos terroristas. El gobierno usó la fuerza pública y encarceló a los “opositores” implicados.  

¿Habéis leído el texto de una carta abierta de Alliance for Global Justice de Estados Unidos y Nicaragua Solidarity Campaign Action Group del Reino Unido enviada a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes sobre Nicaragua (GIEI), al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y a la empresa estadounidense SITU Research? Bueno, sólo hago la pregunta por si os interesa saber sobre cómo la derecha y el “falso izquierdismo” fabrica mentiras. La carta fue firmada por un gran número de personas de la Solidaridad Internacional y Nacional porque se trataba de un “falso vídeo documental” que buscaba desacreditar al gobierno de Nicaragua en relación al intento de golpe de estado de mayo 2018.  

Los estudios e investigaciones de estas personas hacen añicos las mentiras de la “oposición” sobre el “fraude” en las elecciones de Nicaragua. Con autorizada razón, después de mostrar palmaria evidencia, un escritor pregunta “¿Dónde están las pruebas?”. En fin, la llamada “Comisión Internacional” del “verdadero izquierdizmo” que estará en Costa Rica debería de saber, como dicen otros dos escritores, “en Nicaragua no se necesita la soberbia distribución o retención de estrellistas por haber aprobado algún examen de izquierdizmo”. La “Comisión Internacional” debería también revisar los valores socialistas de su “verdadero izquierdizmo” porque, como dice un periodista norteamericano, “Aparentemente el socialismo ahora puede ser presentado a ti por el Departamento de Estado de EE.UU.”  

Para no hacer más largo el asunto, última pregunta: ¿Por qué Nicaragua está siendo atacada por el imperio? Como lo sintetiza un vídeo documental de estas fuentes, “Nicaragua está siendo atacada por Estados Unidos porque su radical democratización social y económica pone de manifiesto la corrupción, la brutalidad y el fracaso sistémico del capitalismo occidental.” ¿Y que significa eso de “radical democratización social y económica”?   

Pues, como veréis en estos estudios, Nicaragua es 90% autosuficiente en producción de alimentos; 99% de la población tiene electricidad en sus hogares; Nicaragua tiene uno de los mejores sistemas de salud de América Latina; tiene las tasas de mortalidad por Covid más bajas del mundo; Nicaragua ha reducido al 50% la pobreza extrema y la mortalidad maternal e infantil; tiene educación gratuita de calidad y ha desarrollado una infraestructura educacional por todo el país; tiene la mejor infraestructura vial en Centroamérica; tiene programas de vivienda; es el país número uno con mujeres participando en política y ocupando cargos públicos; y es el quinto país con igualdad de género muy cerca de las naciones nórdicas.  

Esos son, en síntesis, los “delitos” del “dictador” Ortega. Sin embargo, la ex-ministra Sandinista quiere “una nueva sociedad.” Vaya usted a saber a lo que ella se refiere. Pero lo que necesita Nicaragua, al igual que Venezuela y Cuba, es más Solidaridad Internacional. Y también, más solidaridad mutua entre las naciones de América Latina para transcender los mitos imperiales.   

Pero bueno, como dije antes, la ex-ministra Sandinista no es el problema. El problema es más profundo. El problema es la concepción de “poder” por la que se rige la humanidad y las geopolíticas que gobiernan el mundo actual, y en ello estamos embarrados todos. La raíz del problema habría que buscarla, por un lado, en la concepción maquiavélica de que “el fin justifica los medios,” y por otro, en el esquema maniqueo de “amigo-enemigo” de Carl Schmitt, el “jurista de Hitler”. En el contexto de esta tradición intelectual del “poder,” las posibilidades del hombre son macabras, hasta el punto de la celebración de la muerte de los “enemigos.” Nicaragua “juega” por las mismas “reglas del juego” del “poder” porque no hay otro camino, pero lo hace con sentido moral, humanismo, y amor a los pobres. El problema del “poder” no es solamente de “intereses económicos” y saqueo de los recursos naturales del planeta por los poderes capitalistas establecidos (aunque eso sea esencial), sino también de un fenómeno socialmente mental que tiene como raíz la “naturaleza social” del ser humano; y es en ese marco que se inscribe el insulto a la Solidaridad Internacional por la ex-funcionaria Sandinista.  

Hay “dictadores” de “dictadores” en el mundo para escoger “al gusto y antojo.” ¿A quién vamos a culpar si todos – desde la más “civilizada” sociedad hasta la más tradicional – “juegan” por las mismas “reglas del juego” del “poder”, sólo que con diferentes estilos? No es casualidad que al “poder” se le atribuya tantos misterios que van desde ángeles y demonios hasta la mente del hombre. Los logros sociales de la revolución Sandinista muestran el esfuerzo moral de romper esos viles esquemas del “poder” “amigo-enemigo” y apuesta por una verdadera sociedad democrática para su pueblo. Pero mientras el mundo no sea capaz de romper esos viles esquemas del “poder,” seguiremos todos condenados en el “juego.”  

Habiendo dicho eso, no significa estar ciego a la manipulación de la palabra “dictador” que hacen ciertos “Tartufos de la pluma”, o que no haya mérito moral en el “poder” que ejercen ciertos hombres y en el que no ejercen otros. Claro que no. En el ejemplo que nos incumbe, la diferencia es fundamental: Una cosa es la dictadura brutal de Somoza que usó el “poder político” para beneficiar a la “burguesía retrógrada” de Nicaragua y a la misma familia Somoza que tiranizó al pueblo, asesinó a Sandino, y explotó a la nación como “su propia finca” durante más de 40 años; y otra muy distinta, es la “dictadura” de Ortega que ha usado el “poder político” en apenas 15 años para radicalizar la democracia y la igualdad social en Nicaragua.  

Nicaragua no se abruma por la ideología que domina la palabra “dictador” en el mundo occidental. Mónica Baltodano y Sergio Ramírez son víctimas de esa ideología dominante. La primera, por la falacia de que el gobierno de Nicaragua es una dictadura, y por su comparacón con la dictadura brutal de Somoza; y el segundo, por su mitología del “tirano Hanón de cartago.”  

--Wilfredo Gutiérrez es sociólogo

Por Wilfredo Gutiérrez

Nicaragua no se abruma por la ideología que domina la palabra “dictador” en el mundo occidental.

Mónica Baltodano, ex-ministra del gobierno revolucionario Sandinista, insulta mi sentido de solidaridad internacional con sus historias de odio sobre lo que pasa en Nicaragua y la izquierda Sandinista. Lo que resulta de este comportamiento es que no se puede apoyar causas políticas cuyos agentes se presentan como los/las paladines de la “verdadera izquierda” pero que proyectan una imagen de renegados confundidos con lo que defienden.  

Mónica Baltodano, ni ninguna otra persona, es el problema de lo que aquí se discute; el problema es socialmente mental, como veremos más adelante. Ella, como cualquier otro individuo igual que yo, sólo es portadora de ideas; y si algo se aprecia o se desprecia en estas líneas sólo son las ideas, no las personas. Pero claro, la ex-ministra Sandinista es portadora de “una letanía de mentiras y difamaciones” como las que difundió también el ex-funcionario Sandinista y escritor nicaragúense Sergio Ramírez en el medio izquierdista británico The Guardian; lo cual llevó al escritor a ocupar un lugar de “traición” en la historia de Nicaragua.  

Cele Fierro, de la “Comisión Internacional,” ha entrevistado a Baltodano sobre lo que pasa en Nicaragua y el gobierno del Presidente Daniel Ortega y la Vice-Presidenta Rosario Murillo. En esta entrevista surge de todo; desde sexo, odio, mentiras, manipulaciones, hasta relatos de toda truculencia. Tanto es así que Fierro se emociona y afirma, “ahora tenemos una oportunidad importantísima para poder desenmascarar a este falso izquierdismo con la Comisión Internacional”. Con los cañones así preparados, aparentemente con el fuego del “verdadero izquierdizmo”, dicha “Comisión Internacional” está lista para llevar el teatro político a Costa Rica este 6 de julio y tratar de entrar a Nicaragua para abogar por los encarcelados de la mal llamada “oposición política” que protagonizó el golpe de estado.  

La ex-ministra Sandinista ataca el gobierno de Ortega con una furia visceral: Que el gobierno de Daniel es una dictadura más cruel y brutal que la dictadura de Somoza; que líderes religiosos “están siendo sometidos a procesos persecutorios”; que Daniel es miembro de “una nueva burguesía emergente”; que se “adueñó del Partido Frente Sandinista”; que hizo pactos con el diablo de Arnoldo Alemán; que Daniel ya no es un líder de izquierda; que no hay espacio para protestar; que Daniel tiene un discurso anti-imperialista pero que está aplicando políticas neoliberales; que tiene “el poder absoluto” y que puede enjuiciar a cualquiera; que el gobierno y la gente que lo apoya quieren “re-escribir la historia” con él como el héroe de la lucha; y también insinúa que la dictadura de Somoza era mejor porque Somoza permitió entrar a la OEA y a la CIDH y que lo que necesita Nicaragua es “una nueva sociedad”. (Ver: https://www.aporrea.org/internacionales/n374666.html)

Pues, ante tan barbárico espectáculo, ¿Quién no se va a emocionar y apuntar todos los cañones contra Daniel? A menos que uno tenga un mínimo de sentido común sobre las contradicciones políticas del ejercicio del “poder” en las sociedades del mundo, ese escenario deberá ser absorbido y digerido 100 porciento “con los ojos cerrados.” No obstante, cuando uno echa una mirada a los medios alternativos internacionales, y decentemente quiere ir más allá de los medios hegemónicos donde cada artículo que se escribe es para atacar y satanizar a Nicaragua, uno se encuentra con una distinta realidad.  

Si vosotros queréis saber sobre la envergadura de la vileza manufacturada contra Nicaragua, y conocer sobre lo que realmente ha pasado en la nación en los últimos 15 años, tenéis que voltear vuestros ojos en otra dirección. De lo contrario, vuestra confusión se convertirá en una patología. No pretendo hacer sectarismo ni convencer a nadie. A lo sumo, por lo que este texto podría aspirar es al respeto de uno mismo.

Los estudios e investigaciones de las siguientes personas hacen trizas los mitos contra Nicaragua: Becca Mohally Renk, norteamericana que vive desde hace 20 años en Nicaragua; Nan McCurdy, misionera metodista de la Junta General de Ministerios Globales; Susan Lagos, educadora; John Perry, escritor británico y miembro del equipo editorial de El Consejo de Asuntos Hemisféricos de Washington; Jorge Capelán, escritor uruguayo; Stephen Sefton, escritor; Orlando Núñez, sociólogo; Ben Norton, periodista; y la lista sigue, y sigue. Aquí, yo solamente os doy una pincelada de lo que puedo percibir desde estas mentes y sus trabajos.

Por ejemplo, ¿Por qué algunos líderes religiosos han sido “sometidos a procesos persecutorios”? Lo que pasa, según estas fuentes, es que “algunos políticos llevan sotana”. Gente común de la calle os dirá cosas como las que dice esta mujer nicaragüense: “A ciertos sacerdotes no los queremos porque ellos se han prestado al juego terrorista.” O como lo que dice esta otra mujer también, “A mí nadie me ha contado cuentos, yo vi cuando un sacerdote airado señalaba con el dedo a un hombre Sandinista para que lo quemaran vivo en la calle.”  

¿Por qué el gobierno Sandinista ha encarcelado a algunos miembros de la llamada “oposición política”?  Según estas fuentes, la respuesta es “porque muchos han recibido dinero de Estados Unidos para destruir la democracia en Nicaragua y han ido a Washington a pedir más sanciones contra Nicaragua”. Muchos de los “opositores” estaban operando desde una red criminal, “Estructura Delincuencial Vipper”, e intentaron un golpe de estado para derrocar al gobierno Sandinista y arrastrar a Nicaragua al tráfico de drogas y el crimen organizado con apoyo financiero de EEUU y la UE. Las protestas eran supuestamente “pacíficas” pero algunos “opositores” estaban armados con armas automáticas de varios tipos; asesinaron algunas personas, y cometieron actos terroristas. El gobierno usó la fuerza pública y encarceló a los “opositores” implicados.  

¿Habéis leído el texto de una carta abierta de Alliance for Global Justice de Estados Unidos y Nicaragua Solidarity Campaign Action Group del Reino Unido enviada a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), al Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes sobre Nicaragua (GIEI), al Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) y a la empresa estadounidense SITU Research? Bueno, sólo hago la pregunta por si os interesa saber sobre cómo la derecha y el “falso izquierdismo” fabrica mentiras. La carta fue firmada por un gran número de personas de la Solidaridad Internacional y Nacional porque se trataba de un “falso vídeo documental” que buscaba desacreditar al gobierno de Nicaragua en relación al intento de golpe de estado de mayo 2018.  

Los estudios e investigaciones de estas personas hacen añicos las mentiras de la “oposición” sobre el “fraude” en las elecciones de Nicaragua. Con autorizada razón, después de mostrar palmaria evidencia, un escritor pregunta “¿Dónde están las pruebas?”. En fin, la llamada “Comisión Internacional” del “verdadero izquierdizmo” que estará en Costa Rica debería de saber, como dicen otros dos escritores, “en Nicaragua no se necesita la soberbia distribución o retención de estrellistas por haber aprobado algún examen de izquierdizmo”. La “Comisión Internacional” debería también revisar los valores socialistas de su “verdadero izquierdizmo” porque, como dice un periodista norteamericano, “Aparentemente el socialismo ahora puede ser presentado a ti por el Departamento de Estado de EE.UU.”  

Para no hacer más largo el asunto, última pregunta: ¿Por qué Nicaragua está siendo atacada por el imperio? Como lo sintetiza un vídeo documental de estas fuentes, “Nicaragua está siendo atacada por Estados Unidos porque su radical democratización social y económica pone de manifiesto la corrupción, la brutalidad y el fracaso sistémico del capitalismo occidental.” ¿Y que significa eso de “radical democratización social y económica”?   

Pues, como veréis en estos estudios, Nicaragua es 90% autosuficiente en producción de alimentos; 99% de la población tiene electricidad en sus hogares; Nicaragua tiene uno de los mejores sistemas de salud de América Latina; tiene las tasas de mortalidad por Covid más bajas del mundo; Nicaragua ha reducido al 50% la pobreza extrema y la mortalidad maternal e infantil; tiene educación gratuita de calidad y ha desarrollado una infraestructura educacional por todo el país; tiene la mejor infraestructura vial en Centroamérica; tiene programas de vivienda; es el país número uno con mujeres participando en política y ocupando cargos públicos; y es el quinto país con igualdad de género muy cerca de las naciones nórdicas.  

Esos son, en síntesis, los “delitos” del “dictador” Ortega. Sin embargo, la ex-ministra Sandinista quiere “una nueva sociedad.” Vaya usted a saber a lo que ella se refiere. Pero lo que necesita Nicaragua, al igual que Venezuela y Cuba, es más Solidaridad Internacional. Y también, más solidaridad mutua entre las naciones de América Latina para transcender los mitos imperiales.   

Pero bueno, como dije antes, la ex-ministra Sandinista no es el problema. El problema es más profundo. El problema es la concepción de “poder” por la que se rige la humanidad y las geopolíticas que gobiernan el mundo actual, y en ello estamos embarrados todos. La raíz del problema habría que buscarla, por un lado, en la concepción maquiavélica de que “el fin justifica los medios,” y por otro, en el esquema maniqueo de “amigo-enemigo” de Carl Schmitt, el “jurista de Hitler”. En el contexto de esta tradición intelectual del “poder,” las posibilidades del hombre son macabras, hasta el punto de la celebración de la muerte de los “enemigos.” Nicaragua “juega” por las mismas “reglas del juego” del “poder” porque no hay otro camino, pero lo hace con sentido moral, humanismo, y amor a los pobres. El problema del “poder” no es solamente de “intereses económicos” y saqueo de los recursos naturales del planeta por los poderes capitalistas establecidos (aunque eso sea esencial), sino también de un fenómeno socialmente mental que tiene como raíz la “naturaleza social” del ser humano; y es en ese marco que se inscribe el insulto a la Solidaridad Internacional por la ex-funcionaria Sandinista.  

Hay “dictadores” de “dictadores” en el mundo para escoger “al gusto y antojo.” ¿A quién vamos a culpar si todos – desde la más “civilizada” sociedad hasta la más tradicional – “juegan” por las mismas “reglas del juego” del “poder”, sólo que con diferentes estilos? No es casualidad que al “poder” se le atribuya tantos misterios que van desde ángeles y demonios hasta la mente del hombre. Los logros sociales de la revolución Sandinista muestran el esfuerzo moral de romper esos viles esquemas del “poder” “amigo-enemigo” y apuesta por una verdadera sociedad democrática para su pueblo. Pero mientras el mundo no sea capaz de romper esos viles esquemas del “poder,” seguiremos todos condenados en el “juego.”  

Habiendo dicho eso, no significa estar ciego a la manipulación de la palabra “dictador” que hacen ciertos “Tartufos de la pluma”, o que no haya mérito moral en el “poder” que ejercen ciertos hombres y en el que no ejercen otros. Claro que no. En el ejemplo que nos incumbe, la diferencia es fundamental: Una cosa es la dictadura brutal de Somoza que usó el “poder político” para beneficiar a la “burguesía retrógrada” de Nicaragua y a la misma familia Somoza que tiranizó al pueblo, asesinó a Sandino, y explotó a la nación como “su propia finca” durante más de 40 años; y otra muy distinta, es la “dictadura” de Ortega que ha usado el “poder político” en apenas 15 años para radicalizar la democracia y la igualdad social en Nicaragua.  

Nicaragua no se abruma por la ideología que domina la palabra “dictador” en el mundo occidental. Mónica Baltodano y Sergio Ramírez son víctimas de esa ideología dominante. La primera, por la falacia de que el gobierno de Nicaragua es una dictadura, y por su comparacón con la dictadura brutal de Somoza; y el segundo, por su mitología del “tirano Hanón de cartago.”  

* Wilfredo Gutiérrez es sociólogo radicado en Estados Unidos.