18 de mayo 1927 - Sandino cumple 32 años y se casa con Blanca Stella Aráuz Pineda

Submitted bytortilla onMié, 18/05/2022 - 06:44

"...el día 18 del mismo mes cumplí 32 años de edad, y ese mismo día contraje matrimonio con Blanca, en el templo de San Rafael del Norte.

A las dos de la mañana del 18, me dirigí al templo con Blanca y los padrinos, en medio de un acompañamiento familiar. Los habitantes del pueblo no saben que nosotros nos casábamos. Solamente el jefe del día le había yo ordenado que no interviniera si miraba abrir las puertas del templo en las primeras horas de la madrugada.

A la hora anotada, en que me dirigí al templo. el ambiente estaba frío y neblinoso. Encontramos la iglesia profusamente iluminada. Respiré el olor del incienso y de los cirios que ardían. El olor de las flores que adornaban el templo y los perfumes diversos que llenaban el aire, me recordaron los días de mi infancia.

El cura me invitó a la confesión, me confesé, lo hice sinceramente. Los padrinos y nosotros nos postrábamos ante el altar. Blanca vestía traje y velo blanco y corona de azahares. Yo tenía mis armas al cinto y vestía uniforme de gabardina, color café, y botas altas de color oscuro. Seis de mis ayudantes me acompañaron a la iglesia.

Salimos del templo, y en la calle me sentí como nuevo. Me parecía ir caminando en el aire. En el atrio de la iglesia había diez caballos ensillados, eran del jefe del día y sus ayudantes. En la esquina de una calle, ya había muchachos de mi ejército que nos felicitaban a nuestra pasada.

Cuando entrábamos a casa de Blanca, se encontraron en todo el pueblo, disparos de fusilería, pistolas y ametralladoras, hechos sin mi consentimiento, pero comprendí  que eran motivados por el entusiasmo de mis muchachos y no dije nada.

Por todas partes se escuchaban entusiastas vivas, y nos llegaron innumerables felicitaciones. No participé mi matrimonio al público, porque quisimos que fuera un acta de absoluta intimidad.

Dos días después, abandoné a mi esposa para internarme en las selvas segovianas; donde he permanecido peleando en defensa del honor de mi patria.

Casi todos los elementos que me acompañaban han claudicado y se encuentran al servicio del invasor. Con orgullo y para honor de los que han quedado, me permito citar sus nombres. Son ellos los generales José León Díaz, y Porfirio Sánchez H. y el coronel Coronado Maradiaga. Dos años después, en un periódico del país, leo en grandes caracteres que Blanca fue apresada y conducida a Managua a disposición de los piratas y por orden de Moncada.

Oh infame tú, Moncada, verdugo de mujeres indefensas... Ya cumpliste con el mandato de tus amos. Te cebaste en lo que más quería, destruyendo para siempre mi hogar. Maldito seas, infame."