¿Cuál es el papel de las ONGs en el contexto global de hoy?

Submitted bytortilla onMié, 29/04/2015 - 14:27

Stephen Sefton, Tortilla con Sal, 29 de abril 2015

Se profundiza la polarización entre el Grupo Occidental de los antiguos y existentes poderes coloniales de Norte América y Europa junto con sus aliados del Pacífico y un mundo mayoritario cada vez menos sub-desarrollado. Cuando desapareció la Unión Soviética, parecía razonable, aunque quizás optimista, creer que prevalecerían los principios fundamentales de la Carta de las Naciones Unidas, la no agresión y la autodeterminación de los pueblos. Un cuarto siglo después, lo que ha ocurrido es todo lo contrario. En este contexto mundial, el papel de las llamadas organizaciones no gubernamentales tiende a ser más ambivalente que nunca.

Las políticas económicas y comerciales imperialistas junto con la abierta agresión militar han desinflado el optimismo que hubo al terminar la Guerra Fría. Los enormes desastres humanitarios en Somalía, Rwanda y el Congo, las sucesivas guerras contra Serbia, Afganistán, Iraq, Costa de Marfil, Libia y Siria, junto con el apoyo deliberado de Occidente al terrorismo internacional, son hechos categóricos. Demuestran que los poderes imperialistas occidentales jamás abandonarán sus bárbaras políticas genocidas hasta que sufran  una derrota estratégica decisiva. Quizás la pregunta fundamental es si van a sufrir esa derrota antes o después de haber arrastrado al planeta a una irreversible catástrofe ambiental.

En América Latina y el Caribe, desde el año 2000, los poderes occidentales han incitado golpes de estado, con o sin éxito, en  Haití, Venezuela, Honduras, Ecuador, Bolivia y Paraguay. Estas conspiraciones fueron las precursoras de las actuales agresiones orquestadas, muy deliberadamente, contra Venezuela, Argentina y Brasil, junto con la decisión de -todavía- no levantar el genocida bloqueo contra Cuba. Este es el contexto en el que las organizaciones no gubernamentales de la región están trabajando.

Desde los años 1980s, los gobiernos de los países de la Organización de Tratado del Atlántico Norte (OTAN) han cooptado a sus ONGs por medio del financiamiento y su integración en los procesos de la formulación de las políticas occidentales hacia el mundo mayoritario. Desde el inicio de la década de los 1990s, ese pernicioso proceso de bajo perfil ha ido quitando lo que quedaba de la supuesta independencia de las ONGs occidentales y sus contrapartes en los países de del resto del mundo. Esto ya era claro incluso en la década de los 1980s, cuando, por ejemplo, el Sr. Terry Waite, representante de la Iglesia Episcopal inglesa, antes de su secuestro acompañaba en Beirut al Coronel Oliver North, mientras éste conspiraba el complot Iran-Contra.

En América Latina, el papel de las ONGs como cómplices en la desestabilización de los países de la región ha sido documentado extensamente, por ejemplo en el caso de Venezuela por la escritora Eva Golinger. Los casos más claros han sido los de Cuba, Bolivia, Ecuador, Venezuela y Nicaragua. Una mirada a esta lista de países indica algo muy claro: son los países más grandes de la Alianza Bolivariana de las Américas, el ALBA. Las élites dominantes del Occidente odian al ALBA porque es el bloque de países que impulsa con más dinamismo la emancipación definitiva de América Latina y el Caribe.

Actualmente en Brasil y Argentina, el papel de los movimientos sociales es de una importancia tremenda para determinar la tendencia política a favor o en contra de los gobiernos progresistas en esos países. En ese sentido, en términos de la guerra psicológica, las organizaciones no gubernamentales juegan un papel parecido en importancia al de los medios de comunicación. Se denominan organizaciones no gubernamentales a las ONGs occidentales a pesar de que reciben grandes subsidios de sus gobiernos y de la Unión Europea. Estos subsidios les permiten financiar a sus contrapartes locales en los países del mundo mayoritario. Así que la financiación de las ONGs occidentales facilita las campañas de guerra psicológica de los países de la OTAN contra sus países víctimas, como fue tan evidente en el caso de Ucrania.

Aquí en Nicaragua, como en todos los países integrantes del ALBA, la guerra psicológica contra el gobierno del Presidente Comandante Daniel Ortega depende de lo que los poderes norteamericanos y europeos requieran de un momento a otro. Los ataques más recientes en los medios angloparlantes contra el gobierno del Presidente Ortega y el Frente Sandinista han satanizado al gobierno de Nicaragua tomando como enfoque el Gran Canal Interoceánico. En los medios de otros idiomas, por ejemplo en los medios suecos, la propaganda se ha enfocado en ataques misóginos por falsos feministas contra la Compañera Rosario Murillo quien juega un papel de fundamental importancia como coordinadora de las políticas del gobierno de su marido, el Presidente Daniel Ortega.

Dada la experiencia a nivel internacional de la colaboración poco ingenua de las ONGs en las diferentes guerras psicológicas y agresiones militares de los países de la OTAN, la elección que enfrentan las ONGs en los países del mundo mayoritario no podría ser más clara. O apoyan los procesos políticos a favor de la emancipación del control imperial y el dominio corporativo occidental o no. En los procesos políticos inspirados de una manera u otra por el socialismo, como en Nicaragua, Bolivia, Venezuela o Ecuador, el papel evidente de las organizaciones no gubernamentales debe de ser el de apoyar y complementar las políticas gubernamentales a favor de las mayorías empobrecidas.

Se puede cumplir ese papel de muchas formas. La colaboración directa de las ONGs con los programas de gobierno puede multiplicar los impactos positivos en apoyo a la reducción de la pobreza, la promoción de la equidad económica y de género y la defensa del medio ambiente. Se trata de una alianza lógica y natural entre los relativamente limitados recursos del sector no gubernamental y el incomparable alcance nacional del gobierno hacia la población en general. Ya es tiempo para las ONGs en América Latina y el Caribe de definirse y abandonar el estéril narcisismo producto de su cooptación neocolonial por el financiamiento e ideología norteamericano y europeo.